El programa Voyager de la NASA es uno de los proyectos más ambiciosos de la historia de la exploración espacial. Lanzadas en 1977, las dos naves Voyager han recorrido más de 22 mil millones de kilómetros y han proporcionado información sin precedentes sobre nuestro sistema solar y el universo.
El objetivo principal del programa Voyager era explorar los planetas exteriores del sistema solar: Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno. A medida que las naves se acercaban a cada planeta, realizaban mediciones detalladas de la atmósfera y las lunas. Además, se tomaron fotografías de alta resolución de los planetas y sus características.
Después de la exploración de los planetas exteriores, las naves Voyager continuaron su viaje hacia los límites del sistema solar. En 2012, la Voyager 1 se convirtió en la primera nave espacial en abandonar el sistema solar y entrar en el espacio interestelar. Desde entonces, ha seguido proporcionando datos importantes sobre el medio interestelar y la heliosfera.
Los datos recopilados por las naves Voyager han sido fundamentales para mejorar nuestra comprensión del sistema solar. Por ejemplo, se ha descubierto que la atmósfera de Júpiter es mucho más compleja de lo que se pensaba anteriormente, y se ha descubierto que Saturno tiene una gran cantidad de lunas pequeñas.
Además, las naves Voyager han proporcionado información sobre la actividad magnética en el sistema solar, lo que ha ayudado a mejorar nuestra comprensión de los fenómenos solares y su impacto en la Tierra.
La tecnología utilizada en las naves Voyager también ha sido impresionante. Cada nave tiene un generador de energía termoeléctrico que convierte el calor generado por el decaimiento de una fuente radiactiva en electricidad. Además, las naves están equipadas con cámaras, espectrómetros, magnetómetros y otros instrumentos científicos avanzados.
A pesar de que el programa Voyager fue diseñado para una misión de cinco años, las naves continúan proporcionando datos valiosos más de 40 años después de su lanzamiento. En el momento de escribir este artículo, la Voyager 1 se encuentra a más de 23 mil millones de kilómetros de la Tierra y sigue enviando datos valiosos sobre el medio interestelar.
El programa Voyager de la NASA ha sido uno de los proyectos más exitosos y duraderos de la historia de la exploración espacial. Aún quedan un par de años más antes de que las baterías de ambas naves llegue a su fin, lo cual está previsto que suceda entre 2025-2030.
Tomando en cuenta esa eventualidad, las sondas portan un mensaje de la humanidad para cualquiera que las encuentre. Se trata de un disco metálico, bañado en oro, que contiene saludos en 55 diferentes idiomas, sonidos varios de nuestro planeta y una selección musical que es representativa de la diversidad humana.
Una playlist, si se quiere, que registra las variadas formas de expresión musical de los humanos. Al centro del disco, está escrita a mano una dedicatoria: “A los creadores de música – todos los mundos, todos los tiempos.” El disco de oro viaja dentro de un estuche circular, encima del cual están grabadas instrucciones que permiten escuchar los sonidos que contiene.
Hoy, cuatro paralelos de la clase de Cosmos de la USFQ han elaborado playlists de música inspirados en ese hecho: las playlists Voyager. Un panel de profesores eligió los elementos más insignes de estas cuatro listas para generar una playlist consolidada que represente a la Universidad este semestre: la USFQ Voyager Playlist 202220.
Acompáñanos a recorrer la historia del mensaje musical de Voyager:
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