Segundo Moreno, profesor pionero de la USFQ, es Premio Espejo en Ciencias 2022

Segundo Moreno, profesor pionero de la USFQ, es Premio Espejo en Ciencias 2022

El premio Espejo 2022 fue otorgado en la categoría de Ciencias al antropólogo Segundo Moreno Yánez. Moreno (Columbe, Chimborazo, 1939) se licenció en Humanidades Clásicas y en Filosofía por la Universidad Católica del Ecuador, también estudió Pedagogía y Teología, pero su contribución esencial ha sido en el ámbito de la antropología en el Ecuador.


 

Profesor desde los comienzos en la Universidad San Francisco de Quito y uno de los más recordados y disciplinados maestros de la Universidad Católica de Quito, Moreno acaba de publicar el volumen Humboldt y los Andes ecuatoriales. Estética y ciencia en las láminas referentes al Ecuador, en colaboración con el fotógrafo Jorge Anhalzer, homenaje al trabajo científico y estético de Humboldt en los Andes, publicación realizada por el sello editorial de la San Francisco, USFQ Press.  
 
Moreno es autor de uno de los clásicos de las ciencias sociales contemporáneas del Ecuador, Sublevaciones indígenas en la Audiencia de Quito, libro que ha conocido cinco ediciones con tirajes que han alcanzado los tres mil ejemplares y una penetración cultural decisiva, más aún en tiempos en que la activación política de la población indígena se ha convertido en un hecho capital en el país. Junto con trabajos de investigadores como Andrés Guerrero o Hugo Burgos, el libro de Moreno ha contribuido al conocimiento del pasado de las poblaciones indígenas. El libro amerita una nueva edición, canónica y comentada pues forma parte de un corpus intelectual de volúmenes sobre el Ecuador, indispensables para componer el fresco de un país discontinuo en sus tradiciones, escasamente consciente de su pasado, poblado de fuerzas y grupos sociales en continua pugna.
 
En esa línea se han situado todos los trabajos de Moreno. Sublevaciones indígenas fue el resultado de un formidable trabajo de investigación hecho en Europa, presentado en el Instituto de Antropología Cultural de la Rheinische Friedrich Wilhelms-Universität zu Bonn, República Federal de Alemania. Obtuvo la calificación especialísima de ‘Egregia’ y se hizo del premio de la Universidad de Bonn para tesis de doctorado trascendentes, en 1976.
 
Sublevaciones indígenas en la Audiencia de Quito recorre un arco histórico que comienza en 1730 y atraviesa todo el siglo XVIII en su descripción y análisis de las diversas formas de sublevación de la población indígena aborigen, ofrece una perspectiva del régimen de tierras de esa población, y examina sus modelos de gobierno, producción y patrones culturales. La dinámica de las comunas, la intervención y mediaciones del clero en las revueltas, el sistema de poder de origen colonial que perfiló la estructura sociopolítica hasta las décadas finales del siglo XX, las sanciones y castigos a los sublevados, los combates y motines, todo ello fue presentado por Segundo Moreno en un recorrido histórico, en muchos pasajes estremecedor, que nos conduce por la sierra norandina, en Otavalo, Cotacachi, San Pablo de la Laguna, Cayambe, Guano, Ambato, Pelileo, Quisapincha, Píllaro, Baños, Chambo, Guamote o Columbe, lugar de donde es originario el autor.
 
Viene al caso pormenorizar esta obra, una de las más importantes de la historia de las ciencias sociales en el país, en tanto el tema indígena es esencial en la formación del Ecuador moderno y en la conformación de su estructura social y cultural. Las clases, las jerarquías y las castas sociales, el populismo, la democracia, la libertad —o la ausencia de su concepto y práctica—, la política, el racismo, el clasismo y asuntos muy poco explorados como los defectos de la comunicación cotidiana o la pertenencia y el reconocimiento del pasado y la tradición entre los ecuatorianos son, todos, temas capitales de los que depende en buena medida atisbar una autoconsciencia entre los ciudadanos de este país.
 
Moreno es uno de los escasos intelectuales que han reflexionado sobre la mayoría de estos aspectos con la mirada puesta en la tradición. Por eso al recibir el Premio Espejo se ha sentido especialmente honrado de un lauro cuyo nombre es un homenaje a Eugenio Espejo, a quien Moreno tiene como el primero de los pensadores que se aproximó aquí a lo que hoy conocemos como antropología al estudiar en sus obras tanto la antropología rural —o indígena— y la antropología urbana. “En el primer caso tenemos la Defensa de los curas de Riobamba que propiamente no es una defensa de los curas, sino de la cultura indígena expresada en las fiestas populares religiosas, en los bailes, los danzantes, las procesiones, en todos estos aspectos de religiosidad indígena popular. En segundo lugar, tenemos las famosas Reflexiones sobre las viruelas, un doble tratado de antropología, antropología médica y antropología urbana. El estudio versa sobre la situación socioeconómica miserable de los barrios de Quito y Espejo analiza la razón de dicha miseria que encuentra en problemas sociales”. Para Segundo Moreno, Espejo es uno de los grandes precursores de la disciplina por la que el Ecuador ahora lo honra.
 
El premio ha conducido a Moreno a reflexionar acerca de la trascendencia. Ve en él un reconocimiento a su disciplina. Detrás de su trabajo intelectual, ve gratificados también a los precursores de la antropología, la etnohistoria, la antropología sociocultural, la arqueología, en una secuencia que en el pasado se extiende hasta la época colonial y el siglo XVIII, con nombres como Pedro Vicente Maldonado, el geógrafo que ofreció además gran cantidad de datos antropológicos sobre Esmeraldas y en su mapa nos brindó un verdadero documento etnográfico, no solamente la geografía. Moreno cita también al “primer etnohistoriador ecuatoriano, desde mi punto de vista”, el padre Juan de Velasco, con su Historia antigua, a Juan León Mera “que tiene varios ensayos antropológicos” o al primer gran quichuista que produjo “un diccionario aún muy actual, Luis Cordero, que fue presidente del Ecuador”. En una segunda etapa de la antropología, entendida como positivista a ojos de Moreno, cita los nombres de los esposos Costales Peñaherrera, Piedad y Alfredo, quienes no fueron antropólogos profesionales pero hicieron un trabajo muy importante para la disciplina, y en el campo de los profesionales recuerda a Aníbal Buitrón (nacido en 1914) que hizo una maestría en la Universidad de Chicago, en 1950[1], o el segundo antropólogo graduado como tal, Hugo Burgos Guevara, muy conocido por su tesis de maestría hecha en México (después hizo un doctorado en Illinois en los Estados Unidos), Relaciones interétnicas en Riobamba, y su tesis de doctorado, “El Guamán, el puma y el amaro”.
 
Este núcleo de antropólogos ha sido reconocido en la figura de Moreno y su gran trabajo intelectual. Como dice el antropólogo y politólogo Richard Salazar acerca de Moreno: “ha sido una persona con mucho reconocimiento internacional desde hace muchos años, desde finales de la década de 1980. Ha incursionado en la antropología cultural, la antropología simbólica, fundamental en un entorno como el nuestro, en la etnohistoria, y la antropología política. Ha hecho reflexiones sobre la importancia de lo antropológico en los movimientos sociales, particularmente de los movimientos indígenas”. 


 
Hemos de recordar, como se lo hace en el libro de Moreno recientemente publicado por la USFQ, Humboldt y los Andes ecuatoriales. Estética y ciencia en las láminas referentes al Ecuador, que el científico Humboldt, antes de su travesía americana, quiso circunnavegar el globo sin conseguirlo. A cambio nos dio un bello testimonio de la geografía y la historia del actual Ecuador. No es el único trabajo de Moreno sobre Humboldt, pues también tradujo sus diarios sobre la Audiencia de Quito, y editó Humboldt y la emancipación de Hispanoamérica con ocasión de los 200 años del Diez de Agosto de 1809.
 
El nuevo volumen es un recorrido por el testimonio estético y su paridad en la investigación científica, un tomo impecable y bellamente editado por la Universidad San Francisco de Quito. “He utilizado los últimos trabajos que ponen al día los datos de Humboldt sobre los montes —Cotopaxi, Pichincha—, sobre la base de los estudios de geología del Instituto Geofísico de la Escuela Politécnica Nacional. También citamos viajeros que han pasado por aquí”. Las fotografías que emulan a las láminas antiguas de Humboldt son obra de Jorge Anhalzer. Con esta obra cuya aparición coincide con el premio concedido a Moreno parece descubrirse “el mecanismo majestuoso del universo”, frase de Bronowski citada en el tomo. Si no es así por completo —ninguna obra puede lograrlo, la perfección es naturaleza—, se trata de un intento portentoso.
 
Salud a la obra y figura de Segundo Moreno Yánez.
 
 

 
[1] Y vio publicarse una obra sobre el ciclo de vida de los indígenas de Otavalo por la University of Chicago Press, The Awakening Valley (1949), en conjunto con el fotógrafo norteamericano John Collier Jr. (traducido como El Valle del Amanecer y publicado en español en 1977 y en 2001).
 


 



 

 

 

 

 

FACEBOOK TWITTER TUMBLR PINTEREST EMAIL

No hay comentarios.:

Con tecnología de Blogger.

Browse Categories