Uno de cada cinco reptiles del mundo se enfrenta a la extinción

Uno de cada cinco reptiles del mundo se enfrenta a la extinción

El estudio más grande realizado a la fecha sobre el estado de conservación de los reptiles del planeta advierte sobre las amenazas que ponen en riesgo a más de 1800 especies de lagartijas, serpientes, cocodrilos y tortugas que están luchando por sobrevivir. Este estudio fue publicado en Nature, una de las más reconocidas revistas científicas.

Cuilán de los Jardines, era una de las lagartijas más comunes de las ciudades de la Sierra norte, como Quito y Latacunga, pero la expansión urbana ha reducido sus poblaciones. Se encuentra casi amenazada de extinción. Fotografía: Diego F. Cisneros-Heredia /Archivo Laboratorio de Zoología Terrestre, Instituto IBIOTROP-USFQ.

Al menos el 21% de todas las especies de reptiles a nivel mundial están amenazadas de extinción, según este nuevo estudio dirigido por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN, NatureServe y Conservación Internacional, en asociación con la Universidad San Francisco de Quito USFQ.  

El estudio presenta un análisis de la primera evaluación integral del riesgo de extinción de los reptiles en la Lista Roja de Especies Amenazadas de la UICN. Para este estudio, publicado en la reconocida revista Nature, un equipo de investigación diverso, con representantes de 24 países de 6 continentes, analizó las necesidades de conservación de 10196 especies de reptiles en comparación con mamíferos, aves y anfibios. Los reptiles en el estudio incluyen tortugas, cocodrilos, lagartijas, serpientes y tuatara, el único miembro vivo de un linaje que evolucionó en el período Triásico hace aproximadamente 200-250 millones de años.

Tortuga Gigante de San Cristóbal, habita solamente en la isla del mismo nombre en las Galápagos y se encuentra clasificada como En Peligro de extinción. Fotografía: Diego F. Cisneros-Heredia /Archivo Laboratorio de Zoología Terrestre, Instituto IBIOTROP-USFQ.

“En Ecuador, varias especies de reptiles se encuentran bajo grandes amenazas poniendo en riesgo su supervivencia a largo plazo. Algunas especies en peligro de extinción se encuentran en áreas cercanas a ciudades como Quito, Guayaquil o Ibarra, donde están siendo impactadas por la destrucción de sus hábitats y el crecimiento urbano. La protección de los ambientes naturales es esencial para proteger a los reptiles, así como a otros vertebrados, que forman parte del patrimonio natural de la nación” dijo Diego F. Cisneros-Heredia, Ph.D., profesor de la Universidad San Francisco de Quito USFQ e investigador asociado del Instituto Nacional de Biodiversidad INABIO, quien es coautor del estudio. 

“Esta es la primera evaluación global de reptiles y hemos logrado identificar dónde los reptiles necesitan más ayuda, permitiéndonos enfocar esfuerzos para contrarrestar su crisis de extinción global. La USFQ y el INABIO fueron los encargados de organizar dos talleres internacionales que nos permitió analizar la información de las necesidades de conservación de los reptiles de los Andes tropicales y la Amazonía occidental, áreas fundamentales por la gran diversidad de reptiles que alojan”.
 
La investigación reveló que los esfuerzos para conservar mamíferos, aves y anfibios amenazados tienen más probabilidades de lo esperado de beneficiar conjuntamente a muchos reptiles amenazados. Aunque se sabe que los reptiles viven en hábitats áridos como desiertos y matorrales, la mayoría de las especies de reptiles se encuentran en hábitats boscosos, donde ellos, y otros grupos de vertebrados, sufren amenazas como la deforestación y la conversión de bosques a la agricultura. El estudio encontró que el 30% de los reptiles que habitan en los bosques están en riesgo de extinción, en comparación con el 14% de los reptiles en hábitats áridos.

Culebra Caracolera Subtropical, habita en los valles interandinos, como Quito, y vertientes occidental de los Andes de Ecuador, sin embargo, la matanza indiscriminada ha disminuido sus poblaciones. Fotografía: Diego F. Cisneros-Heredia /Archivo Laboratorio de Zoología Terrestre, Instituto IBIOTROP-USFQ.

El estudio también destacó lo que podemos perder si no protegemos a los reptiles. Si cada uno de los 1.829 reptiles amenazados se extinguiera, perderíamos un total de 15 mil millones de años de historia evolutiva, incluidas innumerables adaptaciones para vivir en diversos entornos. Los reptiles cumplen con importantes servicios ecosistémicos, fundamentales para las sociedades humanas, como son el control de plagas, y contribuyen significativamente a una gran variedad de programas de investigación biomédica.
 
“Los resultados de la Evaluación Global de Reptiles señalan la necesidad de intensificar los esfuerzos globales para conservarlos”, dijo Neil Cox, colíder del estudio y gerente de la Unidad de Evaluación de la Biodiversidad de IUCN-Conservation International. “Debido a que los reptiles son tan diversos, enfrentan una amplia gama de amenazas en una variedad de hábitats. Es necesario un plan de acción multifacético para proteger a estas especies, con toda la historia evolutiva que representan”.

Lagartija de Lava de Española, habita solamente en la isla del mismo nombre en las Galápagos. Fotografía: Diego F. Cisneros-Heredia /Archivo Laboratorio de Zoología Terrestre, Instituto IBIOTROP-USFQ.

Los autores señalan que todavía se necesitan medidas de conservación urgentes y específicas para proteger algunas de las especies de reptiles más amenazadas, especialmente las lagartijas endémicas de las islas amenazadas por depredadores introducidos y aquellas que se ven más directamente afectados por los humanos. Por ejemplo, el uso de artes de pesca y la cacería como el palangre son la principal amenaza para las tortugas y los cocodrilos, la mitad de los cuales están en peligro de extinción.
 
Los hallazgos de la evaluación global de reptiles sirven como línea de base que se puede usar para medir los cambios en el riesgo de extinción y rastrear el progreso de recuperación de especies a lo largo del tiempo. Los resultados también serán valiosos para ayudar a guiar la asignación de recursos de conservación a través de la identificación de Áreas Clave de Biodiversidad y otros lugares donde la gestión activa podría prevenir extinciones.
 
Más información: Diego F. Cisneros-Heredia, Universidad San Francisco de Quito USFQ, Tel. +593 9 91661945, dcisneros@usfq.edu.ec. Sara Flores, Coordinadora de medios USFQ, Tels. +593 2 2971936, +593 9 95614390, sflores@usfq.edu.ec.
 
Enlace web del artículo en Nature para acceso público: https://doi.org/10.1038/s41586-022-04664-7





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