Rompiendo mitos acerca de los Trastornos del Espectro del Autismo

Rompiendo mitos acerca de los Trastornos del Espectro del Autismo

Día a día escuchamos distintas afirmaciones sobre lo que significa ser una persona con Trastorno del Espectro del Autismo (TEA), pero casi ninguna de ellas tiene un sustento lógico y menos aún basado en evidencia científica.

Y para combatir el desconocimiento y la falta de empatía, es importante conocer las particularidades de los TEA y empezar a romper mitos a través una mejor comprensión y sensibilización.

A continuación te presentamos una lista de falsos mitos relacionados con los TEA:
  • Las vacunas son culpables: Hasta el día de hoy y luego de varios estudios realizados por la comunidad científica internacional no existe ninguna relación entre las vacunas y el desarrollo de los TEA.
  • Padres ausentes: Algunas personas aseguran que es determinante el vínculo afectivo en los primeros años de vida para que una persona desarrolle, o no, este tipo de trastorno, llegando al punto de afirmar que una pobre relación afectiva entre padres e hijo/a es causante para el desarrollo del TEA. Sin embargo, lo que sí se sabe es que esta vinculada al desarrollo neurobilógico y genético, esto no significa que lazos afectivos tengan una implicación real.
  • El autismo es una enfermedad: Los TEA son un trastorno de origen neurobiológico relacionados con el desarrollo del sistema nervioso, por lo tanto no es una enfermedad y tampoco tiene riesgo de contagio y tampoco puede aparecer en cualquier momento de la vida.
  • Tiene cura: El TEA tendrá presencia durante toda la vida, hasta el momento no existe una medicina que pueda ser capaz de curar el trastorno, de todas maneras las personas con TEA pueden lograr una mejor calidad de vida a través de terapias psicoeducativas fundamentadas en evidencia científica que ayuden a fortalecer sus habilidades y sus oportunidades de adaptarse al entorno social. 
  • Las personas con TEA no son sociables: todas las personas con TEA se comunican, la diferencia radica en la comprensión y adaptación rápida al entorno social dificultando en cierta medida sus relaciones interpersonales. Es cierto que algunos estímulos sensoriales como sonidos, colores y tacto pueden ser sensibles para personas con TEA ocasionándoles incomodidad, sin embargo, con un correcto apoyo y acompañamiento pueden hacer frente a las dinámicas cotidianas sin presentar mayor inconveniente o resistencia.
  • Agresividad: las personas con TEA están lejos de ser agresivas, alguna situaciones sociales que no son de su entorno habitual pueden llegar a causarles estrés y presentarse con conductas inadecuadas que resultan poco comunes para los demás, de todas formas, tales conductas pueden ser la conclusión de un entorno de poca accesibilidad y adaptación.

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