El Médico - Investigador; opiniones y desafíos

El Médico - Investigador; opiniones y desafíos

La medicina es la ciencia dedicada al estudio de la salud y las enfermedades del ser humano. Esta implica el ejercer el conocimiento científico para el mantenimiento y recuperación de la salud, en el diagnóstico, tratamiento y prevención de enfermedades. Desde la antigüedad, la medicina se ha definido como un arte y ciencia, puesto que radica en un conjunto de conocimientos aplicados al trato con un ser humano. Para la buena práctica de la medicina se debe adquirir suficiente conocimiento científico para curar o mantener la salud de la persona. Con ello en mente, la investigación nace como un proceso que permite dicho acercamiento a través del planteamiento de diferentes interrogantes e hipótesis factibles en relación al estado del individuo, su bienestar y cómo mantener su salud y de la población en general.

Dentro de este contexto, la investigación en medicina se puede abordar desde diferentes perspectivas. Por un lado, existe la investigación básica o preclínica, enfocada en el estudio de los mecanismos moleculares, celulares o genéticos de los procesos fisiológicos y la comprensión del origen de la enfermedad. También, la investigación poblacional o de salud pública y la investigación clínica se enfocan en un uno o varios pacientes, para conocer las principales causas de la enfermedad y como generar mejores tratamientos con consecuencias en las políticas de salud. Adicionalmente, un cuarto enfoque ha cobrado protagonismo: la investigación traslacional que resulta de la directa aplicación en la población de aquellos conocimientos obtenidos de la coordinación de la investigación básica y clínica. Esto último hace referencia a la interacción con la comunidad y a la aplicación de la medicina poblacional. Entre todas estas dinámicas, la investigación basada en evidencia se plantea como una herramienta moderna para el uso concientizado, explícito, juicioso y razonable de información para la toma de decisiones con respecto al cuidado individual de los pacientes. Este movimiento apunta al uso de investigación médica de alta calidad para el abastecimiento de nuevas destrezas en el ámbito médico; y requiere de técnicas de búsqueda eficientes y aplicación formal de reglas para categorizar los niveles de evidencia en la literatura clínica.

Sin embargo, la mayor encrucijada radica en la falta de recursos para la generación de estudios en medicina y el limitado conocimiento o falta de interés con respecto al proceso investigativo en salud. Por ello, la posibilidad de aplicar conceptos referentes a investigación de forma efectiva en la práctica médica y la posibilidad de utilizarlos para conducir proyectos reales, es escaso en nuestro país. Está claro que, frente a las grandes expectativas del siglo XXI, el entrenamiento académico tradicional en el área médica se enfrenta a nuevos desafíos. Es decir, se requiere fundamentalmente la implementación de una cultura investigativa temprano en la carrera. Ello no solo se limita a la instrucción en técnicas formales de estudio clínico, sino más bien se enfoca en una nueva dinámica de pensamiento, hacia un planteamiento perseverante de interrogantes de la práctica diaria. El desarrollo del pensamiento crítico, la creatividad y la innovación se han convertido en un imperativo para la buena práctica médica, sobre todo a que gracias a la globalización y al constante desarrollo tecnológico, el intercambio de conocimiento entre profesionales y la transmisión de la información exigen que el profesional de la salud este siempre actualizado.

¿Por qué el Ecuador, así como otras naciones en vías de desarrollo, no se beneficia de la investigación existente y globalizada de la manera esperada? ¿Qué nos impide aprovechar al máximo nuestro potencial humano? ¿Cómo cambiaría nuestra sociedad frente a un re direccionamiento al correcto desarrollo de proyectos investigativos? Estas preguntas nos han llevado a realizar una serie de entrevistas dirigidas a diferentes miembros de varios centros de salud que han tenido la posibilidad de desarrollarse en el área de investigación vinculada a la medicina. Nuestra finalidad fue la de obtener diversas perspectivas con respecto a la importancia de la medicina basada en evidencia, las barreras de los médicos ecuatorianos para realizar investigación y las competencias que tanto estudiantes como médicos ya graduados deberían tener con la finalidad de emprender esta tarea. Es así que se abordarán dos ejes de la práctica médica contemporánea: la escasez de la producción investigativa en el Ecuador, y la medicina basada en evidencia (MBE) como herramienta fundamental para el constante desarrollo del personal médico. En definitiva, la producción de MBE requiere de las competencias necesarias tanto cuantitativas como cualitativas vinculadas a aspectos de la bioestadística y epidemiología clásica.

 Michelle Grunauer, es médica especialista en medicina crítica y neumología, cuenta con una maestría en salud mental del niño y la familia y un doctorado en su área de investigación: ventilación mecánica y medicina paliativa. Actualmente es la Decana de la Escuela de Medicina de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ). Michelle manifiesta la importancia de la investigación para el avance del conocimiento, el cual impacta desde varios campos los determinantes de la salud a nivel global. Una de las ventajas del médico que hace investigación es que no solo “absorbe” conocimiento, sino que también es capaz de generarlo. Se le plantea constantemente la posibilidad de influenciar de manera positiva tanto en la salud como en la enfermedad, a nivel del individuo y de la población, en el ámbito nacional e internacional. En el proceso, uno de los pilares claves para emprender investigación constituye el trabajo en equipo, la posibilidad de crear asociaciones estratégicas entre centros médicos y de investigación de diversas partes del mundo con abordajes multidisciplinarios y vinculados, como por ejemplo, incorporando la bioingeniería, biología celular, robótica y ciencias sociales entre otras, al área médica. Es evidente que la falta de recursos y de apoyo administrativo constituyen grandes limitantes para quienes buscan realizar proyectos en su mayoría complejos. Sin embargo, lo importante es pensar, tener ideas y mantener curiosidad intelectual. Existen aspectos importantes para alcanzar esta combinación: el primero, aprender a disfrutar de la lectura diaria, el médico está en constante actualización de conocimientos; segundo, combinar la lectura diaria con obras no relacionadas a medicina, una posibilidad para ejercer creatividad e innovación; tercero, ser valiente y someter artículos y valorizar la retroalimentación, aunque eso implique que el artículo no sea aceptado, ese aliento motivador es necesario para el desarrollo personal y profesional; finalmente, recibir instrucción en metodología de investigación científica facilita la práctica diaria. En su caso particular, la investigación le permite percatarse de algo que va más allá de la práctica clínica, algo que puede perpetuarse en el tiempo, un desafío constante que le trae satisfacción y orgullo.  “Los médicos somos resilientes. Frente a la adversidad, encontramos la forma de llegar a la resolución.”

 Por otro lado, Gloria Álvarez, investigadora privada y actual coordinadora general de investigación en el Hospital Carlos Andrade Marín, relaciona la investigación con la toma de decisiones gerenciales: ofrece la oportunidad de elaborar protocolos y guías para posteriormente probar su eficacia y eficiencia. Plantea la necesidad de la lectura crítica y la realización de investigación propiamente: “Estamos en una era donde uno debe sustentar lo que hace usando diferentes niveles de evidencia científica”. Ella sí señala la importancia de los médicos especialistas en realizar algún tipo de instrucción como un diplomado, una maestría o al menos una capacitación para realizar investigación de la mejor manera posible. Se plantea cinco claves que debe tener todo buen investigador: actitud positiva, instrucción o capacitación adecuada, pertenencia a comunidades científicas nacionales e internacionales, la posibilidad de hacer docencia, y finalmente, la oportunidad de constar con recursos para realizar propiamente investigación.

“Hace treinta años, se pensaba que la medicina era únicamente clínica-asistencial, pero a medida que la sociedad ha progresado, se han planteado nuevas interrogantes que responder a través de una manera distinta de acercarse al problema, la investigación”, nos cuenta Enrique Terán, doctor en medicina y farmacología, y docente investigador de la USFQ. Resalta la importancia de la motivación y la curiosidad para el investigador, un individuo que simplemente realiza las preguntas adecuadas y responde con ideas innovadoras. La investigación es esa herramienta que permite al médico amplificar cambios de su práctica clínica diaria. Sin embargo, existen barreras por las que la investigación es difícilmente realizada. La falta de reconocimiento y remuneración, la no disponibilidad de equipo de trabajo y estructura organizacional, y la escasez de visión en el médico ecuatoriano constituyen los más grandes impedimentos. Adicionalmente, en el ámbito legal universitario, la tesis desde hace algunos años ya no es obligatoria y el estudiante de medicina ya no se ve obligado a emprender la tarea de plantearse temáticas de investigación. Finalmente, enfatiza la importancia de la lectura crítica como uno de los pilares para la actualización de cualquier médico. “Lo que hace la diferencia es la sed de conocimiento, el apetito de formarse, y las actualizaciones que haga cada estudiante; porque los médicos, a diferencia de cualquier otra carrera, deben pasar por un proceso habitual de pensamiento crítico de investigación. El que lee más de lo normal puede cuestionarse más que el resto y dejando de lado el conformismo  de los conocimientos de uno y enfocándose en lo que no se sabe, se puede crear las preguntas de investigación”. Por lo que concluye que “los investigadores no nacen, sino se hacen”.

 Así mismo, Iván Sisa, médico con master en salud pública e investigación clínica y traslacional y docente de la USFQ, considera que existe la idea errónea acerca de la exclusividad de quienes poseen un PhD para la producción de investigación. MD con entrenamiento apropiado son capaces de realizar investigación y, de hecho, se ha evidencia su rol como investigadores principales de estudios importantes y globales. Considera a su vez este campo como un pilar fundamental de la medicina por los avances que se ha logrado, tanto intencional como accidentalmente. Desde la implementación del método científico, el desarrollo de la investigación ha crecido exponencialmente en medicina, lo que Iván considera que es bueno, pero también tiene sus desventajas: por la abundancia de material, es imposible leerlo todo y no todo es “buena ciencia”. Con respecto a la lectura crítica de medicina basada en evidencia, “El médico que no hace investigación debe consumir lo que alguien más produjo; sin embargo, incluso los consumidores de ciencia deben estar capacitados para evaluar críticamente la información pública y así distinguir si contribuye o no a la práctica médica y de forma última al bienestar del paciente”. Por ello, considera la lectura crítica como una de las competencias claves para adquirir de manera correcta nuevo conocimiento para ser capaces de mejorar la atención al paciente.

Por su parte, Fabricio González–Andrade, médico especialista en Genética Médica y Medicina Interna, y docente investigador de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Central del Ecuador, se dedica en la actualidad a la investigación clínica y biomédica. Él considera que la investigación es la búsqueda del conocimiento per se como base para generar desarrollo.  También, afirma que la medicina científica y la lectura crítica son una forma de pensamiento pues “apenas el 20% de la medicina se encuentra basada en evidencia científica. Un ejemplo preciso, es que no todo lo que se ha probado por el método científico es clínicamente comprobable.” Además, Fabricio piensa que lo más importante para aquellas personas que desean focalizarse en la investigación es: tener motivación, una educación formal y unirse a un equipo de investigación consolidado, ya que difícilmente se puede trabajar solo en dicho campo. Por otro lado, Fabricio comenta que existe una falta de masa crítica, de financiamiento y de un sistema de investigación organizado, como principales limitaciones al momento de desarrollar una investigación. Así mismo, comenta que para lograr combinar la práctica clínica con la investigación y docencia dispone de 8 horas diarias las cuales organiza de acuerdo a distintas actividades, siempre con un grupo de personas que lo apoyen.

Jaime Ocampo, doctor en medicina, y actual Decano de Salud Pública de la USFQ y gerente general de SIME de la USFQ, no realiza investigación por falta de tiempo, aunque el interés no le falta. “En el tema de la investigación no solamente debe haber una persona que realice la investigación sino también alguien que apoye al investigador, que genere la riqueza para financiar esa investigación. Eso es lo que hago yo.“ Su rol es el de gestión, de levantar recursos, impulsar y liderar. Su apoyo es tangencial en las investigaciones. Jaime piensa que para realizar investigación, es necesario preparar mejor a las personas para realizar investigaciones que realmente valgan la pena, es decir, que impacten a la sociedad como en el caso de aquellas enfermedades relacionadas con el síndrome metabólico. “ Apoyo la investigación, para que al mismo tiempo realce las actividades de Sistemas Médicos de la USFQ“. Jaime aconseja a los estudiantes de medicina que se van a enfocar en la investigación que tengan pasión y motivación por lo que hacen, que estén detrás de un grupo investigador y que siempre cuenten con un gestor. También considera que hay 3 factores limitantes al momento de realizar investigación puesto que en algunos casos los investigadores no saben qué investigar, cómo hacerlo, ni constan con los recursos suficientes.

El fortalecer la práctica de la investigación con la medicina, muy temprano en la formación del estudiante y luego en el entorno profesional, proveerá de mejoras en el prevención, diagnóstico, tratamientos y política pública con respecto a la enfermedad. El médico que investiga tiene una visión analítica y critica de su actividad, siempre en pos de aliviar el dolor, malestar, mejorar y proteger la vida y bienestar de la persona. El médico-investigador, necesita del trabajo en equipo para poder iniciar y llevar adelante una actividad científica sostenida, de inversión en tiempo, en material y en personal que sin duda proveerán de soluciones a nuestras grandes necesidades en salud.

Autores:

Stalin Cañizares & Micaela Balcazar1, Doménica Pérez2, Iván Sisa1, Andrés Caicedo1,3

1 Universidad San Francisco de Quito (USFQ), Escuela de Medicina
2 Universidad de las Américas (UDLA), Biotecnología
3 Sistemas Médicos Universidad San Francisco de Quito (SIME-USFQ)
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