¿Cómo usar nuestras propias células para combatir el cáncer?

¿Cómo usar nuestras propias células para combatir el cáncer?

Andrés Caicedo, Ph.D., durante la Segunda Bienal de la Hormona del Crecimiento (COCSA) en 2017.
Este lunes 1 de octubre la Asamblea Nobel del Instituto Karolinska de Estocolmo, Suecia, entregó el premio Nobel de Medicina 2018 a James P. Allison y Tasuku Honjo por descubrir cómo usar nuestras propias células para combatir el cáncer.

Este descubrimiento representa un avance sin precedentes para la ciencia moderna, en este contexto Andrés Caicedo, Ph.D., director del Laboratorio de Investigación de la Escuela de Medicina de la USFQ explica acerca de las implicaciones que tiene este descubrimiento para la medicina y los pacientes con cáncer:

“El cáncer puede llegar a inhibir su reconocimiento y eliminación por parte del sistema inmune durante su desarrollo. Si el sistema inmune no reconoce a las células cancerosas estas pueden proliferar sin control, hasta afectar la vida del paciente. Es aquí donde el trabajo de James P. Allison (USA) y Tasuku Honjo (JPN) cobra interés dado que estimula la capacidad del sistema inmune a ser anti-cáncer nuevamente. Es un hito importante para la medicina y el paciente dado que se demuestra que el uso de una sola estrategia, como un ataque directo a la proliferación del cáncer, no es la más efectiva, sino que se deben usar tratamientos complementarios.  La combinación de tratamientos anti-proliferativos, inductores de muerte celular, entre otros, además de los propuestos por los Nobeles, puede ser la mejor estrategia para frenar el desarrollo y ayudar a la eliminación de la enfermedad”.
 

¿Bajo qué condiciones puede ser controlada esta enfermedad utilizando nuestras propias células?

“El cáncer se desarrolla de diferentes maneras por cada individuo, en su dinámica y complejidad, presentado características que promueven su supervivencia. Estas características se relacionan al perfil genético del paciente, a una proliferación descontrolada, resistencia a la muerte celular y entre otras, a la capacidad de evadir al sistema inmunitario. En la actualidad y lo óptimo para tratar a la enfermedad es conocer las características individuales del cáncer en cada paciente (medicina personalizada) y generar una estrategia de tratamiento, en agente, tiempo y dosis adecuadas. El estímulo terapéutico a nuestras propias células inmunes (Inmunoterapia) para controlar el cáncer en conjunto con otras, ha sido usado con éxito alargando el tiempo de supervivencia de pacientes con melanoma, entre otros. Sin embargo, esta terapia sigue siendo estudiada para encontrar el mejor momento de administración y combinación con otros medicamentos. El día de hoy y lo más importante para nuestra comunidad es poder evitar factores que promuevan el aparecimiento del cáncer y generar conciencia para la realización de controles que den lugar al diagnóstico oportuno aumentando las probabilidades de remisión”.

Dato:

James P. Allison, es profesor en la Universidad de Texas, y desde los años 90 viene estudiando la proteína denominada CTLA-4 que funciona como un freno del lifoncito T, sus investigaciones sirvieron para dar cuenta del potencial de esta proteína para combatir tumores y desarrollar un nuevo enfoque a la hora de tratar pacientes.

Por su parte Tasuku Honjo, profesor en la Universidad de Kyoto, descubrió la proteína PD-1, en la superficie de los linfocitos T, que también frena a las células inmunitarias pero con otro mecanismo.

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