Dos cachorros de ocelote (animal confundido frecuentemente con el tigrillo) fueron adoptados por una gata en el hospital veterinario de la USFQ.
Foto: Sara Fuentes, estudiante USFQ |
Luego de haber recibido a una ocelote adulto malherida en abril, el
Fondo de Ayuda para la Fauna Silvestre TUERI se dio cuenta de que
llevaba dos crías en su vientre, una hembra y un macho. El animal fue
rescatado de San Miguel de los Bancos, después de sufrir un ataque de
perros.
Su columna vertebral estaba en estado crítico y tenía un problema neurológico, ya que no podía sentir sus patas traseras ni su cola. “Estaba muy flaca. Tenía un estado corporal de dos sobre cinco”, cuenta Carolina Saénz, coordinadora médica del instituto, quien se encarga de rehabilitar a los animales rescatados.
Foto: Sara Fuentes, estudiante USFQ |
Después de cinco
días en los que esperaron que la ocelote se estabilice, Carolina, junto a
su equipo médico, se dieron cuenta de que debían realizar una cesárea
para que tanto los cachorros, como su madre, pudieran sobrevivir.
Sin
embargo, el cachorro hembra no respondió a los intentos de resucitación,
por lo cual falleció y sobrevivió únicamente la cría macho. Dos días
después llegó desde Manabí otro cachorro ocelote con dos semanas de
vida, era otra hembra.
Carolina Sáenz, coordinadora médica del instituto, quien se encarga de rehabilitar a los animales. |
Ahora, la ocelote adulto se encuentra recuperada
del trauma medular y realiza una rehabilitación en un centro de recate
en Puyo, para luego ser devuelta a su hábitat natural.
Carolina se hizo
cargo de los cachorros; les daba de comer, verificaba que realicen sus
necesidades biológicas, además chequeaba que no tengan gases. “Decidimos
que debían tener contacto con otro felino, porque la huella de crearse
con un ser humano es muy grande”, nos cuenta.
Foto: Sara Fuentes, estudiante USFQ |
Por esta razón, TUERI
buscó una madre sustituta. Una gata doméstica, que había sido abandonada
con sus cuatro cachorros, llegó al hospital. Para que el proceso sea
natural y la gata acepte a los ocelotes como sus crías, el equipo médico
tuvo que mezclar los olores de los ocelotes con los olores de las crías
de la gata.
Finalmente, la gata los aceptó y se hizo cargo de ellos. “Le ayudamos a la gata pero ella fue quien les cuido, los lamía, acicalaba, dormían juntos, como si fueran sus crías”, destaca Carolina.
Este artículo fue publicado originalmente en la revista aliada Aula Magna de la USFQ. Te invitamos a visitar su sitio web http://aulamagna.usfq.edu.ec/
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