¿Te importa la naturaleza? ¿Por qué?

¿Te importa la naturaleza? ¿Por qué?

Artículo de opinión por Kelly Swing, profesor USFQ

¿Creciste con una mascota? ¿Tuviste contacto con la naturaleza durante tu juventud? Según una serie de estudios sociosicológicos, estos son los dos factores más importantes para determinar el nivel de apreciación del ambiente. Después de pensarlo un poquito, suena lógica esta conexión. Estas interacciones nos dan empatía con los otros seres vivos y relacionamos la tranquilidad y placer con paisajes naturales durante una fase temprana. El resultado es que llevamos estas lecciones para siempre. Casi cualquier amante de la naturaleza recuerda experiencias especiales con animales y la naturaleza desde su niñez. Tales memorias provocan
unas sensaciones profundas de nostalgia y por lo tanto, queremos revivir este tipo de eventos. Y a la final, somos nosotros los que apoyamos las campañas de conservación, justamente porque nos parece importante mantener la posibilidad de repetir esas sensaciones con nuestros seres queridos.

Indudablemente, pensamosque es bueno poder hacer tales generalizaciones sobre las influencias en nuestras vidas. Por eso, hacemos las encuestas. La siguiente pregunta lógica es: ¿podemos usar este tipo de información para algún bien? Si podemos identificar las influencias positivas y negativas en nuestras vidas, ¿tenemos un deber de usar esta información para crear un mundo mejor para nuestros hijos?

¿Qué puede significar esta información sobre el contacto con nuestro ambiente? Cada día, en Latinoamérica y el mundo entero, más gente vive en las ciudades. Hace 50 años, una proporción mucho más grande vivía en el campo . en contacto con animales y ambientes naturales. Estábamos más conectados con ese mundo y tuvimos más conciencia sobre él. Con el desarrollo, las ciudades crecen y la proporción de la humanidad en contacto con la naturaleza va en descenso. El resultado es que la proporción de personas con interés en el ambiente y su mantenimiento ante las presiones que aplicamos por ser tantos va bajando con el tiempo. Es predecible lo que puede significar esta situación cuando temas ambientales llegan a la arena política, al momento de la votación.

Con menos apoyo para la naturaleza en cada generación, ¿cuál sería el futuro del planeta? Una preocupación por las tendencias destructivas del hombre empujó a Alfred Russel Wallace, un co-autor de Charles Darwin en el tema de la evolución, a publicar en el año 1894 un libro que se llama .¿Es Marte
Habitable?.. ¿Vamos camino a una situación como la que vimos en la película animada “Wall-e”? Siendo seres inteligentes, ¿podemos tomar decisiones para evitar la llegada a un punto tan extremo? ¿Los ambientalistas son todos alarmistas? ¿Alguien está escuchando? Ante los retos ambientales, hay cambios en la mentalidad de algunas personas, pero no se sabe si estos cambios serían suficientes para superar el crecimiento de las poblaciones citadinas que viven aisladas de la naturaleza, en la pobreza y sin posibilidades de pensar más allá de sus necesidades inmediatas.

Si te importa la naturaleza, asegúrate de que tus hijos conozcan sus maravillas personalmente y comparte esas experiencias con amigos que no tienen las mismas oportunidades para salir de la ciudad.

Este artículo fue originalmente publicado en el Periódico Aula Magna de la USFQ de Marzo 2011.
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2 comentarios:

  1. Resulta interesante el punto de vista de la autora, sinembargo, considero que en la realidad sucede todo lo contrario. Como una persona que ha estado en constante contacto con la naturaleza, he podido apreciar como efectivamente es esta en realidad. El campo ecuatoriano me ha enseñado precisamente lo contrario que se expone en este articulo: La deforestación como un ingreso economico, la muerte como forma de sustento alimenticio, la agresion fisica a animales y humanos como forma de enseñanza, etc... Encuentro un vinculo más estrecho entre la gente que no ha vivido con la naturaleza (o tiene o ha tenido limitado contacto con ella) y la conservación ambiental. Tal es asi, que los grandes esfuerzos ambientalistas surgen de las metropolis más grandes del mundo, y rara vez la iniciativa surge del mismo campo. La naturaleza es complicada, y resulta ser un gusto adquirido, no es tan noble como la hacen sonar los ambientalitas, es más bien extremadamente cruel. La muerte en la naturaleza es algo normal y cotidiano, mientras que en las ciudades se ha convertido en la excepción, pues la misma naturaleza dispone que cada uno debemos luchar por vivir, y la linea de choque de esta batalla se encuentra en el campo, no en las ciudades. Digo que es un gusto adquirido ya que hay algunos, como a mi, que me gusta la naturaleza tal y como es, con toda la brutalidad que ella trae.

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  2. Como una persona quien también creció en el ambiente de granjas y bosques entre gente humilde del campo, tendría que decir que es totalmente razonable que una persona vea al ambiente y los recursos en nuestro alrededor como fuentes de sustento – y no con tanto romanticismo como fue interpretado de mi artículo. De todas maneras, esa perspectiva muy utilitaria de la naturaleza debería conllevar un respeto y una apreciación profunda simplemente por lo que nos puede proveer – todo que requerimos para sobrevivir. No existe ninguna materia prima que no proviene de la naturaleza – y tenemos que estar conscientes de sus limitaciones. Esto es especialmente importante para las personas en contacto directo con la naturaleza diariamente porque ellos tienen que proteger sus recursos (sus propios intereses) más estrechamente aun para poder seguir extrayéndolos año tras año. Si no, se mueren (o sus negocios mueren) cruelmente como cualquier ser de ahí. Sin duda, muchas veces la gente de la ciudad que tiene algo de contacto con la naturaleza es apasionada por la protección de la naturaleza y las especies, pero la gente que no conoce la naturaleza ni un poquito son aquellos a quienes les importa menos. A los hacendados y a los pobres del campo les importa el ambiente en una forma muy práctica, y por eso, su papel en la conservación es clave. Tiene toda la razón en que una buena parte de la batalla se encuentra en el campo, especialmente cuando la gente que depende de los recursos más directamente no logran comprender la fragilidad de lo que es sustentable o no, hasta el punto de manejar la línea racionalmente. Cuando los campesinos no comparten una perspectiva de uso mensurado, por egoísmo (intereses económicos propios) o por hambruna, se pierde la batalla. La otra parte de la batalla se encuentra en las ciudades donde está la concentración de gente, produciendo altos niveles de impactos indirectos sobre los recursos naturales sin estar en contacto directo. Una vez más, todo que consumimos viene desde la naturaleza, directa o indirectamente, inclusive la carne del ganado o las hortalizas de cualquier huerto. La conservación es responsabilidad de todos, en el campo o en la ciudad, se puede tomar diferentes formas – por ejemplo, el manejo de erosión de suelos versus el ahorro de electricidad y reciclaje de plásticos, pero todos pueden echar una mano – con una mentalidad de querer ayudar al planeta y a uno mismo.
    Las campañas brotan en las ciudades muchas veces porque hay una apreciación por el conjunto que es la naturaleza (por contacto previo, aunque sea limitado) y posiblemente, por tener una separación de tales intereses. A la vez, tengo que señalar que una de las campañas más importantes en la historia de toda Amazonia tuvo su inicio justamente por la gente del campo, con Chico Méndez y los seringueiros que cosechaban el caucho en Brasil. En Ecuador, los indígenas también han tratado de iniciar algunas campañas de protección ambiental pero rara vez obtienen el apoyo necesario para lograr mucho. De todas maneras, las comunidades de Sábalo (Cofán), Sani Isla y Añangu (Kichwa), Kapawi (Achuar) y otros han logrado proteger el ambiente, la fauna y flora en sus alrededores (sus propios intereses en el largo plazo) con sus propios esfuerzos a pesar de los incrédulos de afuera. Felicitaciones a ellas - con la esperanza de que su éxito sea contagioso.
    Por si acaso, todas las personas con el nombre Kelly no son mujeres.

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