Un fuerte instinto materno
El cuidado de crías de diferentes especies se debe a factores de supervivencia en la naturaleza




El perro que adopta un mono, el gato que cui­da de una ardilla o ba­llenas que crían a un delfín, son algunas de las más raras alianzas entre animales.

 Ni la adopción ni el instin­to maternal son actos exclusi­vos de los seres humanos. En la naturaleza hay madres que cuidan a las crías que no son suyas e incluso a las de otras especies. ¿A qué se debe este comportamiento?

 Jennifer Holland, investiga­dora de National Geographic, indica que en algunos casos, los animales adoptan instinti­vamente a una cría de su mis­ma especie para ayudarles a que sobrevivan. Biólogos de Wilsons Promotory National Park en Australia, observaron que a veces las hembras can­guros abren sus brazos y de­jan que una cría abandonada se refugie en su saco hasta que aprenda a caminar.
Si bien la adopción entre las mismas especies puede resul­tar sorprendente, la naturaleza no tiene límites. Existen casos en el que los animales adoptan a las crías de otras especias.

 A veces el beneficio mutuo motiva una filiación adoptiva con animales completamen­te distintos. Esto se presenta cuando miembros externos a la especie puede ofrecer ali­mentos, protección extra o compañía a la comunidad, se­gún dijo Jill Godman, especia­lista en comportamiento ani­mal, a National Geographic.

 Estos casos son comunes en hembras que recién dan a luz, pues tienen un nivel eleva­do de oxitocina: una hormona que aumenta el lazo con el re­cién nacido, según,Stela De la Torre, etóloga de la USFQ. Las alianzas -agrega la experta- se crean más fácilmente cuando los infantes de la especie adop­tada atrae la atención, con vo­calizaciones o señales, a los pa­dres adoptivos.

 Por otro lado, a veces es co­mún ver pájaros pequeños ali­mentar a polluelos que les du­plican en tamaño. Este es el caso del vaquero brilloso, un ave pa­rásita que pone sus huevos en los nidos de otras aves para de­jar a sus crías en buenas ‘manos'. Así lo explica, VerónicaCrespo, bióloga de la PUCE.
Los sentimientos como el miedo y la empatia, también pueden jugar un papel muy im­portante en el proceso de crear alianzas, entre diferentes ani­males, según De la Torre.

 Los cambios hormonales que desencadenan el instinto maternal han evolucionado para aumentar la probabilidad de supervivencia de las crías y así asegurarse que los genes paternos y maternos se here­den. Sin embargo, la supervi­vencia del ADN de la madre en un futuro no es el objetivo al adoptar un retoño de otras especies, pues obviamente no comparten información gené­tica. Esto indica que los senti­mientos pueden ser más im­portantes que el instinto.

Noticia Tomada de Diario El Comercio, Domingo 8 de Mayo de 2016.
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