Numa Pompilio Llona Imagen fuente: Wikisource |
Este poema, escrito en 1852, es de autoría del guayaquileño Numa Pompilio Llona, amigo de Víctor Hugo y George Sand.
Numa Pompilio Llona fue diplomático, rector de la Universidad de Guayaquil.
Selección de Álvaro Alemán, profesor del Colegio de Artes Liberales de la USFQ.
A don Fernando VelardeNuma Pompilio LlonaCómo cantar, cuando llorosa gime,sin esperanza y sin amor, el alma;y por doquiera, con horror, la oprimede los sepulcros la siniestra calma?¿Cuando de los espíritus el vueloata doliente, universal marasmo;y, con sus alas azotando el suelo,palpita moribundo el Entusiasmo?¿Cuando, si un generoso pensamientosurge en el alma y su dolor halaga,del piélago sin fin del desaliento,en las ondas inmóviles naufraga?¿Cómo cantar, cuando al audaz poetaal mundo cierra con desdén su oído;y el noble acento de su Musa inquietamuere en la vasta soledad perdido?¿Cuando la envidia, que aún las tumbas hoza,con torvos ojos pálida le espía;y sus entrañas a traición destroza,y escarnece el dolor de su agonía?¿Cuando la turba de plagiarios vilesa sus cantos se lanza jadeante,revolcando en su lodo, cual reptiles,su corazón sangriento y palpitante?¿Cuando su canto ardiente y sobrehumanoamalgama y confunde el vulgo idiotacon las míseras rimas, donde en vanomezquino vate su impotencia agota?¿Cuando, si el noble y dolorido bardosu alma descubre rota y destrozada,en su honda herida revolviendo el dardo,le arroja el vulgo imbécil carcajada?¿Cómo cantar, cuando en la sed de famala generosa juventud no arde;ni el santo fuego del honor la inflama,ni hace de heroica abnegación alarde?¿Cuando de Patria y Libertad los nombresen ningún corazón encuentran eco,cual se apagan los gritos de los hombresde los sepulcros en el hondo hueco?¿Cuando, al amor, ya sordas las mujeresy al brillo indiferentes de la gloria,corren en pos de frívolos placeresy ansiosas buscan la mundana escoria?¿Cuando el justo derrama inútil lloroy bate el vicio triunfadoras palmas,y, entre el aplauso universal, el oroes el sol refulgente de las almas?¿Cuando, como Proteo, a cada horanuevas formas reviste el egoísmo;y en los áridos pechos sólo moraestéril duda, fúnebre ateísmo?...¡Ay, cuando en torno el ojo atribuladodescubre sólo corrupción, miseria!¡Y doquier, al espíritu humilladohuella con pie triunfante la materia!...¡Oh! en tan inmensa postración, el vatesu turbulenta inspiración acalla;la llama extingue que en su pecho latey en los sepulcros se reclina, y ¡calla!¡Y nada, nada su silencio amargoun solo instante a interrumpir alcanza,ni a turbar el horror de su letargo,ni a encender en su pecho la esperanza!...¡Ay! yo he palpado el corazón humano;y muerto ¡para siempre! le encontré...¡Muerto!... ¡Rompamos, generoso hermano,nuestro laúd con iracundo pie!Lima, octubre de 1852.
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